Hace una semana comenzó el nuevo curso escolar en España, pero para muchos estudiantes romanís, la vuelta a la escuela no es igualitaria. Según el último informe de la Fundación Secretariado Gitano (FSG), la brecha educativa para los estudiantes gitanos ha empeorado en la última década. De hecho, hasta seis de cada diez alumnos gitanos no completan la educación obligatoria.
El estudio muestra que la tasa de escolarización de los estudiantes romanís hasta los 24 años ha retrocedido desde 2012. La verdadera barrera en su formación académica es la educación superior: solo el 3,8% de ellos se gradúa en Bachillerato o Grado Medio, y solo el 0,4% lo hace en la Universidad. Hace diez años, estas cifras eran el doble.
Si en 2012 el 49% de los estudiantes gitanos asistía a clases, en 2022, este porcentaje ha caído siete puntos por debajo. Esto crea una gran desigualdad en comparación con la población general, especialmente en términos de abandono escolar temprano, que afecta al 63% de los estudiantes gitanos, en comparación con el 4% de la población total.
La pobreza infantil es uno de los obstáculos clave que enfrentan los estudiantes gitanos, con un 86,7% de ellos viviendo en condiciones de pobreza. Esto limita su acceso a recursos y espacios adecuados para el estudio y, a menudo, los obliga a trabajar temprano para ayudar a sus familias.
Además de la falta de recursos, los estudiantes gitanos también enfrentan segregación dentro de las escuelas. Un 28% de ellos se encuentra en centros educativos guetizados, donde la mayoría o la totalidad de los alumnos son gitanos o de origen inmigrante.
Para abordar esta brecha educativa persistente, el Consejo Estatal del Pueblo Gitano (CEPG) propone un plan de fomento de la inclusión y el éxito escolar del alumnado gitano, liderado por el Ministerio de Educación y coordinado con las comunidades autónomas. El objetivo es cumplir con el mandato constitucional de igualdad sin discriminación y garantizar la igualdad de oportunidades en la educación.
A pesar de las políticas y estrategias existentes, es esencial tomar medidas concretas para superar esta brecha educativa y garantizar que todos los estudiantes tengan igualdad de oportunidades en el sistema educativo español.